Se trata de la típica receta de "Pa de pessic" catalán, una receta muy fácil, sin complicaciones, y que podéis tener hecha en 20 minutos, para después aplicarle cualquier relleno que se os ocurra.
Isa, del blog Recetas y sonrisas, nos lo presenta con relleno de trufa, con un resultado muy profesional, casi de pastelería, pero yo lo he rellenado de nata, a la que me gusta añadir un poco de mascarpone. En otro post os pondré proposiciones de relleno.
También se puede usar esta misma receta para hacer la base del "brazo de gitano", melindros, etc.... Pero yo es la primera vez que uso esta receta, y habrá que ir probando porque os la recomiendo al 100% tanto por facilidad de ejecucción como por sabor.
Receta para 12 personas
Tiempo: 1h30 min. aprox.
Dificultad: Fácil.
Ingredientes para el bizcocho (para un molde de 15x15 cms):
- 6 huevos L, a temperatura ambiente
- 200 grs. de harina de trigo normal (no de fuerza)
- 200 grs. de azúcar blanco
- ralladura de un limón (o naranja, o una esencia que os guste)
- sal
Ingredientes para el relleno:
- 500 grs. de nata
- 250 grs. de queso mascarpone
- azúcar glas
- una vaina de vainilla
Ingredientes para la decoración:
- pistachos
- frambuesas
Consejos antes de la elaboración:
- Hacer el bizcocho el día de antes ayuda a que el bizcocho esté más aposentado y no se desmigue tanto al cortar las capas. Yo con esta receta no lo hice, es más, lo corté cuando aún estaba un poco caliente, por las prisas, pero la miga es genial y la forma permaneció perfecta.
También recomiendo congelarlo, lo que ayudará a que se vuelva más húmedo y el sabor se intensifica. Esto va perfecto por si queréis tener bizcochos almacenados, para ocasiones de emergencia, o simplemente para tenerlos de desayuno, en raciones, etc.
Para estas opciones, dejad enfriar el bizcocho y filmad con papel film transparente.
- Prepara el relleno con la nata y el mascarpone en primer lugar, con los ingredientes bien fríos y, cuando termines, vuelve a meterlo en la nevera hasta que tengas todo terminado y sólo falte rellenar el bizcocho, así estará más consistente y lo podrás manejar mejor.
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Elaboración:
1) Precalienta el horno arriba y abajo, sin ventilador, a 180ºC, y prepara el molde, aplicando un spray antidesmoldante, o untándolo de mantequilla y luego una capa de harina (sin que queden grumos).
2) Monta la nata bien fría con la ayuda de unas batidora de barillas. Cuando esté casi a punto, hecha el mascarpone (también frío) y el azúcar glas al gusto, y sigue batiendo hasta que quede una nata bien espesa. Reserva en la nevera.
3) Tamiza la harina y reserva.
4) Separa las yemas y las claras: en un bol grande, bate las yemas junto con el azúcar hasta que quede la mezcla blanquee y doble de volumen. Añadimos la ralladura de limón.
A parte, monta las claras con una pizca de sal, hasta que queden tan duras que al girar el recipiente no caigan.
5) Añade, al bol de la mezcla de yemas y azúcar, un poco de las claras montadas y mezcla con una espátula con movimientos envolventes, hasta que se integren. Haz lo mismo poco a poco con el resto de las claras.
6) Por último, añadimos la harina tamizada poco a poco, con movimientos envolventes de la espátula.
7) Vierte la mezcla en el molde y cuando termines, golpéalo en la encimera para que vaya soltando todas las burbujas acumuladas en la masa. Así la cocción será más uniforme.
8) Hornear hasta que al pinchar con un palo de brocheta, ésta salga limpia y seca.
9) Dejar enfriar. Si lo hemos preparado del día anterior o lo tenemos en el congelador, dejad fuera de la nevera hasta que alcance temperatura ambiente.
10) Cortad el bizcocho en capas; lo mejor es usar una lira, que nos ayudará a cortar todas las capas por igual. Extendedlas sobre un papel de horno y aplicad el almíbar, si vais a aplicar alguno.
11) Poned la primera base sobre el plato o bandeja que vayáis a utilizar de presentación y con la ayuda de una espátula, aplicad una primera capa de nata bien gruesa; no hace falta que llegue hasta el borde.
Poned la segunda base encima de la primera, que ya hemos recubierto de nada, y presionad uniformemente hacia abajo. La nata irá saliendo por los bordes poco a poco, así que id "recogiéndola" y ponedla a parte, por si tuvierta migas. Apretad hasta que se vuelva todo uniforme y el lateral esté nivelado.
Un truco para aplicar siempre la misma cantidad de nata (o relleno, sea cual sea) en cada capa, es utilizar un sacabolas de helado o cualquier otro recipiente que nos sirva, asegurándonos de aplicar siempre el mismo número a cada capa.
Repetid el proceso por tantas capas como tengáis.
Si vais a dejar las capas al descubierto, como yo he hecho (lo que llaman un "nacked cake", traducido un pastel desnudo), aseguraos que el relleno cubra bien hasta el borde y quede nivelado. Si no es vuestro caso, y vais a cubrir todo el bizcocho eso ahora no será importante: esperad pues a tener todas las capas montadas y despues niveladlo todo, añadiendo más nata y que forme una capa (podéis ver cómo lo han realizado en el blog de la receta).
12) Para la capa superior, todo depende de la decoración que vayáis a aplicar. Yo he aplicado una base muy fina con la nata que me quedaba y encima he vertido con cuidado pistachos que he molido. Lo he terminado con unas frambuesas frescas alrededor y las velas en el centro.
Volved a meter en la nevera hasta el momento de servir.
Horneado: 180ºC durante 25-30 minutos en un molde de 24 cms, 45-50 minutos en un molde de 15 cms.
Cuanto más concentrada la masa, más tiempo. Si hacéis un molde más grande, el tiempo será menor.
Consejos:
- En la receta original han aplicado, sobre cada capa de bizcocho, un poco de almíbar, pero yo no lo hizo ya que, una vez cortadas las capas lo vi muy jugoso y esponjoso, además que la nata da un poco de humedad. Si véis que el relleno va a resecar un poco la masa, podéis aplicarlo, sólo tenéis que poner a hervir 100 grs. de azúcar con 100 grs. de agua (más unas gotas de limón, o la esencia que hayáis elegido, brandy u otro licor...), dejar reducir un poco y retirar del fuego. Una vez enfriado, lo podéis utilizar (mejor si lo hacéis de un día para otro, incluso lo podéis guardar durante un tiempo).
- Se puede bañar cada capa del bizcocho, no con almíbar, sino con salsa de caramelo. Yo he utilizado en otros bizcochos la pasta de caramelo de la marca Home Chef, y el resultado es un sabor dulce sin ser empalagoso. Yo mojo una cuchara en la pasta y la voy dejando caer sobre el bizcocho.
También podemos "bañar" los bizcochos con café (al estilo Tiramisú), mermelada, un licor, etc. etc.
Iolanda Carrión
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